A mediados de febrero del 2010, celebrando el cumpleaños de mi buen amigo Gonzalo Urbina salio una magnifica idea, viajar un grupo de 3 parejas, amigos de hace muchos años, al Cuzco. Aprovechamos la buena iniciativa del gobierno peruano y de la empresa privada para fomentar el turismo en Cuzco luego del cierre temporal de Macchu Pichu y compramos unos paquetes muy interesantes hacia el ombligo del mundo, con pasaje y hotel incluido.
Gonzalo, Charo, Jessica, Verónica y Ricardo en la Plaza de Armas del Cuzco
Partimos la segunda quincena de mayo hacia el Cuzco, el grupo lo conformamos Gonzalo Urbina, Jessica Vizquerra, Ricardo Braschi, Verónica Chamorro, Charo Figueroa y yo, al dia siguiente se nos unirían Diego Roca y Miriam Sattler.
Luego de descansar un par de horitas y de tomar el mate de coca de ley nos dirigimos a almorzar al Chez Maggie de la calle plateros (tienen 2 locales mas), sin duda, la mejor pizza a la leña del Cuzco, un clásico. Comimos un poco mas de la cuenta y salimos a caminar por el barrio de San Blas y sus simpáticas callecitas.
Callecita camino a San Blas
El barrio de San Blas es conocido también como El Barrio de los Artesanos, las mas famosas familias que residen en San Blas son la familia Mendivil, creadores de los emblemáticos arcángeles de cuellos largos, hechos en pasta y madera, conocidos mundialmente. Otras familias de igual prestigio, son los Olave y los Mérida.
San Blas es un barrio de especial atractivo. Se encuentra a poco mas de dos cuadras de la Plaza de Armas, y se llega a él subiendo la cuesta de San Blas por la calle Hatun Rumiyoc. Su iglesia del siglo XVI le da un toque especial.
Señora Cuzqueña al pie de la Iglesia de la Compañía de Jesús
Al llegar a San Blas, luego de ver algunas caras de sufrimiento después de la subida, caímos en La Musa, un simpático barcito de propiedad de una inglesa que llegó hace 13 años de visita al Cuzco y se quedó, al igual que muchos extranjeros. Eran cerca de las 5 pm y aparecieron los primeros chilcanos aprovechando el happy hour, estos fueron acompañados de unos Browne de coca muy ricos.
Salimos medios movidos hacia el siguente point, el Fallen Angel, un restaurante -pub con una decoración estrambótica y poco común. Varias de las mesas son tinas de baño con un vidrio encima y una pecera dentro, otras tienen mesas, tambien de vidrio, craqueladas. Entre la decoración se distingue resalta un gran ángel plateado e iluminado al centro del local, un lugar increíble. Tomamos algunos tragos mas por cerca de dos horas y cuales santilbanquis partimos a comer al restaurante El Incanto, al lado de la plaza de armas y frente a la emblemática y antigua discoteca El Muqui, lugar de relajo de los chibolos en sus desarreglados viajes de promoción.
Comimos buenazo, siempre acompañados con unos vinos y vodkas, cerca de la media noche, con el cuerpo cansado y para muchos aun asorochado, nos fuimos a dormir.
Trago "Diablo" en el Fallen Angel
A la mañana siguente nos encontramos a las 9 y 30 am con la gente en medio de la plaza de armas, Charo y yo estábamos en un hotel distinto al resto de nuestros amigos, tomamos dos taxis y partimos hacia las ruinas de Tambomachay, a 11 kilómetros del Cuzco.
Ruinas de Tambomachay
Ruinas de Tambomachay
Se dice que Tambomachay fue un balneario inca y que, al mismo tiempo, fue uno de los pilares del sistema defensivo del valle del Cuzco. Esta formado por un conjunto de estructuras de piedra finamente labradas, acueductos y caídas de agua provenientes de los manantiales y fuentes termales cercanas. Recorrimos las ruinas por espacio de una hora, luego de las fotos respectivas decidimos bajar caminando hacia el Cuzco, ya lo había hecho en dos ocasiones anteriores y la caminata es larga pero suave, pensé en un momento que la gente no iba a querer, pero al final se animaron a hacer un poco de ejercicio y a quemar las calorías de la tragadera del día anterior.
Ruinas de Puca Pucará
Ricardo, Verónica, Charo, Jessica y Gonzalo al pie de las ruinas de Puca Pucará
Frente a las ruinas de Tambomachay se encuentran las de Puca Pucará, no tan bonitas como las primeras pero igual vale la pena visitarlas. Puca Pucará fue una construcción militar. Esta fortaleza está compuesta de grandes muros, terrazas y escalinatas y era parte del conjunto defensivo del Imperio incaico.
Pequeña laguna entre Puca Pucará y las ruinas de Quenko
El recorrido a estas ruinas lo hicimos rápido, bajamos andando por el lado de la carretera por cerca de 30 minutos y luego tomamos una trocha cortaba el camino, el paisaje era muy agradable, cruzamos un gran prado, previo relax de algunos minutos, y llegamos hasta un bonito bosque de eucaliptos, pasamos rápidamente las ruinas de Quenko (la gente no andaba con muchos ánimos de visitar estas ruinas) y llegamos luego de cerca de 3 horas y media a las ruinas de Sacsayhuamán, las mas emblemáticas de la cuidad del Cuzco.
Ruinas de Sacsayhuamán
Sacsayhuamán es una fortaleza ceremonial inca ubicada solo a dos kilómetros de la ciudad de Cuzco. Se comenzó a construir durante el gobierno de Pachacutec en el siglo XV y fue terminada por Hayna Capac en el siglo XVI. Lo que mas llama la atención son sus muros compuestos por enormes rocas talladas, unidas con absoluta precisión. Junto con Machu Picchu y Choquequirao es, sin duda, una de las mayores obras arquitectónicas del Tahuantinsuyo.
Sacsayhuamán
Su construcción tardó más de setenta años y requirió la fuerza de unos 20,000 hombres, tanto en el trabajo de los cimientos como en las canteras, el transporte de materiales, el labrado y la colocación de las piedras. Sus murallas exteriores pueden sobrepasar los 9 mts. de altura y algunos de los bloques de piedra pesan más de 350 toneladas.
Subimos hasta la parte mas alta de Sacsayhuamán, desde ahí uno tiene una vista panorámica de la ciudad del Cuzco, paseamos un buen rato y bajamos caminado hacia la ciudad, fue una bajada un poco pesada debido a que llevábamos mas de 4 horas caminando. Al llegar a la plaza de armas del Cuzco lo primero que hicimos fue ir al Inca Grill, uno de los primeros restaurantes gourmet de Cuzco a almorzar.
Plaza de Armas del Cuzco
El día había sido un poco agotador, aprovechamos lo que quedo de la tarde para hacer una siesta, en la noche había que recibir el cumpleaños de Diego Roca, el había llegado con su esposa al Cuzco este mismo día por la tarde.
A las 8 y 30 de la noche nos encontramos en el restaurante La Ciccolina, considerado por los críticos como el mejor restaurante del Cuzco y no se equivocaron, realmente la comida es espectacular aunque la atención deja mucho que desear. Bien comidos y con algunos traguitos encima salimos de La Ciccolina hacia el bar Los Perros, uno de esos lugares clásicos del Cuzco, pedimos algunos tragos mas hasta que llegó la medianoche y con ella el cumpleaños de Diego. De Los Perros nos dirigimos hacia tal vez la discoteca mas conocida de la ciudad, el Mama Africa, una discoteca nómade debido a que a cambiado de lugar pero no de nombre. La pasamos muy bien, si bien el Mama Africa ya no es lo que fue en un comienzo igual nos divertimos. Cerca de las dos de la mañana tomamos la inteligente opción de retirarnos a dormir, el dia siguente iba a ser largo y pesado.
Miriam, Charo, Verónica y Jessica llegando a la plaza de Chinchero
Nuestro grupo, que ya lo conformábamos 8 personas, se juntó en mi hotel a las 10 am, habíamos contratado una van para recorrer el pueblo de Chinchero y las ruinas de Maras y Moray. Partimos un poco retrasados, luego de poco menos de una hora llegamos a Chinchero, hermoso pueblo altoandino ubicado estratégicamente en el cruce de tres caminos que conectan Cusco, Yucay y Pumamarca, este pueblo era el paso obligado hacia Machu Picchu en la época del Tahuantinsuyo.
En la actualidad Chinchero, al igual que Ollantaytambo, está construido íntegramente sobre un asentamiento inca de gran extensión. Su población supera los 15 mil habitantes y se compone de doce comunidades indígenas que de cierta manera mantienen el sistema de organización social de los antiguos ayllus (forma de comunidad familiar inca). Estas comunidades, siguiendo con el sistema de organización del Tahuantinsuyo, nombran directamente a su máxima autoridad, el Varayoc. Chinchero es uno de los pocos lugares en donde se conserva la forma antigua y tradicional de comercio en los mercados denominada trueque.
Cruz y Campanario de Chicheros
Igelsia y portal construidos en la base de las ruinas incas de Chinchero
El auto nos dejó a 15 minutos de la plaza, hasta ahí llegan las pistas transitables. Disfrutamos al máximo Chinchero, recorrimos y nos relajamos por mas de una hora la pie de este colorido pueblito, aprovechamos de comprar algunas artesanías en el mercadillo que se arma dos veces a la semana en la plaza y partimos hacia la van.
A 15 kilómetros de Chinchero, camino a Urubamba, tomamos el desvío a Moray, transitamos la trocha, cruzando el pueblo del mismo nombre, por media hora y llegamos al las ruinas de Moray. Moray esta compuesto por grandes construcciones en forma circular que los incas usaron para construir terrazas (andenes) de cultivo, lo que es increíble es la diferencia de temperatura que existe entre la parte alta y la parte baja de las terrazas.
Ruinas de Moray
Moray, debido a sus favorables condiciones de clima, fue un centro importante para domesticación, aclimatación e hibridación de especies vegetales que se adaptaron para el consumo humano. Fue un prototipo de invernáculo o estación biológica experimental, muy avanzado para su época. Las estructuras encontradas aquí son típicamente incas. Aunque, algunos autores creen que son mas recientes.
Salineras de Maras
En Maras es posible bajar hasta la terraza mas profunda, el problema viene a la hora de subir debido a que es una cuesta un poco empinada. Cuando llegamos, luego de apreciar las ruinas desde la parte alta, nos miramos las caras y casi sin hablar decidimos no bajar, caminamos alrededor de los andenes y subimos una vez mas a la van para continuar nuestro viaje.
A pocos minutos de Moray se encuentran las antiguas y hasta ahora productivas Salineras de Maras, algunas personas también la llaman "La Minas de Sal". Las salineras están constituidos por aproximadamente 3000 piscinas pequeñas en un área total de 5 m². Los pobladores de Maras llenan las piscinas durante la estación seca cada 3 días, con agua salada que brota naturalmente desde el subsuelo, cuando el agua se evapora queda la sal. Ese proceso se llevará a cabo aproximadamente durante un mes hasta alcanzar un volumen considerable de sal sólida. Este proceso es ultilizado desde los tiempos de los incas. La sal es molida e inmediatamente es embolsado para ser enviada a los mercados de la región.
Las Salineras de Maras están compuestas por mas de 3000 piscinas de agua con sal
En esta oportunidad bajamos hacia la salineras y retornamos a la van, hace unos años, cuando visite Maras por primera vez, junto a Charo, bajamos caminando hacia el Valle Sagrado, es un camino de aproximadamente una hora, lo interesante es que pasamos por Pichingoto, una comunidad quechua que vive en la base del cerro "Qoriq'aqya". Las casas son hechas con adobe y son tipo cavernas o cuevas pequeñas las cuales están habitadas hasta el día de hoy. En la actualidad existe una pequeña capilla y cuentan con electricidad. Se cree que el nombre proviene de las palabras quechuas "Pichinco" (pájaro) y "T'oqo" (hondonada). Se dice que sus habitantes creen que son descendientes directos de los pájaros y hasta las primeras décadas del siglo XX vivieron en cuevas al otro lado de la montaña, en la parte alta, dónde subían con la ayuda de sogas y escaleras de mano. Hasta el momento los orígenes de esta comunidad se desconoce.
Toda la mancha en Chinchero
Ya en la van bajamos hacia Urubamba en busca de un buen restaurante, lamentablemente, debido a que eran mas de las 3 pm, la mayoría de locales y sobretodo los mejores, estaban cerrados, terminamos sentados en La Muña, un restaurante turístico muy bonito y bien ubicado que, lamentablemente, su comida deja mucho que desear.
Cayendo la tarde regresamos al Cuzco, el camino duro casi una hora y media. Ya en la noche salimos a comer al Chicha, restaurante del reconocido chef peruano Gastón Acurio, muy rico. Al terminar nos dimos una vuelta por la plaza de armas y me despedí de mis amigos, ellos regresaban al día siguente hacia Lima, a Charo y a mi nos quedaban unos días mas.
Charito en Puca Pucará