Visitar
Pomapata la segunda semana de diciembre ya se esta volviendo una tradición,
nunca nos imaginamos que a raíz de la primera visita, con motivo del entierro
de nuestra querida Casia Valderrama, este olvidado pueblo, ubicado entre los
andes ancashinos, se iba a volver una misión que nos entusiasmaría tanto todos
los años.
Marco repartiendo panetones |
Nuestra
tercera campaña arrancó en el mes de setiembre, la acogida fue espectacular,
amigos, amigos de amigos y algunos anónimos apoyaron esta noble causa. Juguetes,
ropa, panetones, entre otras cosas fueron parte de las donaciones que recibimos
este año de mas de 100 personas que colaboraron con nosotros.
El grupo que viajo en el pueblo de Quero |
Partimos,
con el entusiasmo a mil, el viernes 7 de diciembre a las 5 am, este año el
grupo lo conformamos Vero y Tana Simpson; Ricardo y Claudio Samanez; Gonzalo,
Valeria y Arturo Bullard; Pía Luna; Michelle Muñoz, Marines Seminario, Marco
Antonoli; Pedro Rachitoff y Licy Cano.
Pomapata |
Llegamos
a Chiquian luego de 7 horas de camino, dejamos los autos en un garaje y luego de saludar unos minutos a la Sra.
Teuta, hermana de Casia, y compartir unos mates de muña con la familia partimos
hacia Quero en una van alquilada. Era la segunda etapa de esta largo viaje hacia
tierras pomapatinas.
Alegres niñas pomapatinas |
El
trayecto duró 2 horas mas, incluyendo una inesperada bajada de llanta. Al
llegar a la rivera del río una flota de mas de 25 burros nos esperaba para
subir las donaciones hasta Pomapata. El tiempo nos ganaba, no queríamos que nos
caiga la noche. Aún nos faltaban entre hora y media y dos horas a pie para
llegar a nuestro destino final, el hermoso y pintoresco pueblo de Pomapata.
Tana, Arturo, El Pollo y Claudio camino a Pomapata |
El
camino de alrededor de 5km por la quebrada del Cóndor, que sube al lado del río
del mismo nombre, es espectacular. Es la tercera vez que camino esta ruta y no
me dejo de sorprender con la belleza paisajística que nos regala paso a paso.
Parte del grupo recibidos por los niños de Pomapata |
Llegamos
junto al atardecer a Pomapata, el recibimiento no pudo ser mejor, un grupo de
mas de veinte niños nos dio una bulliciosa bienvenida, muchas caritas conocidas
corrieron a abrazarnos a apenas pusimos un pie en el pueblo, la emoción fue
grandísima, tanto para los que habíamos estado los años anteriores como para
los nuevos integrantes del grupo.
El Pollo, Marines y Marco en la habitación donde pasamos las 3 noches del viaje |
Nos
ubicamos todos en una habitación que generosamente nos presto la Sra. Julia,
hicimos malabares para poder entrar los doce sobre las cálidas pieles de oveja
que alfombraban el humilde, pero a la vez cálido, cuarto que nos albergaría las
próximas 3 noches.
Valeria jugando con los niños |
Llenamos
nuestros estómagos con un contundente arroz con huevo, tomamos algunas rondas
de calientito, magníficamente preparado por Osmar, nos reímos un buen rato y
rendidos nos fuimos a dormir, el día había sido largo, partimos a las 5 am de
Lima y llegamos bordeando las 6 pm a Pomapata, habían muchas energías por
recuperar.
Tana ordenando las donaciones |
La
noche se hizo larga, basto que uno abra el ojo a las 6 am para que todos los
demás se despierten, cual efecto dominó. Tomamos un contundente desayuno y a
chambear, había que terminar de organizar las gran cantidad de regalos y
donaciones que llevamos, el trabajo era de locos, Vero, Tana y Pía, con la
ayuda intermitente de los demás lidiaron con esta difícil tarea.
Pía acomodando los regalos |
La
otra parte del grupo se dedicó a jugar con los entusiastas niños, quienes no
podían mas con la emoción, y a organizar el show navideño que íbamos a brindar
al día siguiente.
Practicando con los títeres |
Almorzamos
una sabrosa pachamanca de cordero y papa que nos invitó la comunidad como
agradecimiento. Con las panzas llenas regresamos a nuestros quehaceres con
miras a la celebración del día domingo.
Tomamos
unos pisquitos nocturnos y todos nos fuimos a dormir, era necesario descansar,
nos esperaba un largo e intenso día de celebración.
Vero, Arturo y Tana conversando con dirigente de la comunidad |
El
día siguiente comenzó mas relajado, coordinamos la mudanza de las donaciones de
el local municipal hacia el local comunal y partimos con rumbo al el cementerio
a visitar a Casia, nuestra querida y recordada Casucha. Brindamos con ella y
por ella al pie de su tumba, cada uno de nosotros, quienes la conocimos
físicamente y quienes la conocen solo por la huella que dejó en nosotros, le
dirigimos unas palabras de cariño y afecto acompañadas de un “shot” de pisco en
su honor.
El grupo en la tumba de nuestra recordada Casia |
Luego
de esta hermosa y emotiva ceremonia estábamos con las pilas a tope, había que cerrar
con broche de oro nuestra esperada visita al Pueblo de Pomapata, estábamos en
la recta final, solo nos faltaba celebrar la esperada chocolatada navideña.
Tana y Pedro arreglando el local junto a miembros de la comuniad |
Decoramos
con globos y guirnaldas el local comunal y comenzaron a llegar los niños. Bordeando
las 4 pm se subió el telón y comenzó el show!!! Mi hermano Gonzalo y yo dimos
las palabras de bienvenida, luego Ricardo, mas conocido como “El Pollo”, le
contó un cuento navideño a los mas de 80 niños y algunos adultos que
atentamente lo escuchaban.
Niños y grandes esperando a que se inicie el evento |
A
continuación Pía, Valeria y Pedro se lucieron con un entretenido show de
títeres, luego Michelle, Pedro, Marco, Gonzalo y “El Pollo” sorprendieron al
publico con una divertida versión del cuento de “Los Tres Chanchitos”, digna de
un Oscar. El jolgorio y la alegría que se vivía en la celebración era
increíble, nos hizo sentir que toda la planificación y el esfuerzo que habíamos
hecho valió realmente la pena.
Pía en el show de títeres |
Marco, Pedro y Michelle antes de salir a escena como "Los 3 Chanchitos" |
La
fiesta continuó con el juego de la momia, el concurso de baile y de canto.
Bailamos y sacamos chispas del suelo a ritmo de un huayno junto a los padres y
madres de familia de Pomapata. Terminamos con la ya clásica chocolatada
navideña, las donaciones a la escuela primaria e inicial, la entrega de regalos
y la repartición de ropa a la gran mayoría de pobladores de la comunidad.
Niño disfrutando de su panetón y chocolate |
Salimos
exhaustos pero con una sonrisa en los labios luego de esta larga jornada que
duró mas de 5 horas. Los niños y padres abandonaban el local agradecidos cargando
una gran cantidad de los obsequios que trajimos desde la capital.
Se repartieron regalos a mas de 80 niños |
La
madrugada siguiente partimos hacia Lima, cansados pero satisfechos de esta
nueva experiencia vivida en nuestro querido y lejano pueblo de Pomapata, tierra
de una grande, como lo fue nuestra querida Casia, y tierra de grandes personas
y niños que, posiblemente, al día siguiente de nuestro regreso, volvieron a su
vida cotidiana, a sus chacras a cosechar papá o a sus campos a ordeñar sus robustas
vacas, afrontando nuevamente las duras condiciones en la que viven gran parte
de los pueblos olvidados de nuestra hermosa serranía.
Gracias
Casia por permitirnos conocer Pomapata y a su linda gente.
Davis posando para la cámara |
Marines y Michelle jugando con los niños |
Patriarcas de la familia Cano Valderrama, grandes anfitriones |
Hermosa niña pomapatina |
Noé comiendo panetón |
A la mas de 100 personas e instrucciones
que colaboraron con esta noble causa, nosotros y el pueblo de Pomapata se
los agradecemos muchísimo.