Antioquía, un Pueblo de Mil Colores

Hace un buen tiempo que esporádicamente escuchaba de una u otra manera hablar de Antioquía, pintoresco pueblo cercano a Lima., tenia mucha curiosidad de conocerlo. Un dia por la mañana le dije a mi esposa para visitarlo, era un ida y vuelta. Charo llamo a su hermana Carolina y junto a Oscar, su esposo y Nicolás, su hijo partimos a descubrir este pueblito lleno de encanto.

Antioquía se encuentra a solo 75 kilómetros de Lima, en el valle del río Lurín a 1500 msnm. El viaje en auto dura cerca de dos horas, para llegar hay que pasar Cieneguilla y dirigirse hacia Huarochirí. La carretera esta afirmada y en buenas condiciones, antes de llegara Antioquía hay que pasar por los pueblos de Chontay, Sisicaya y Antapucro.

Calle Típica de Antioquía

Antioquía se hizo famoso a partir del año 2003, cuando se puso en marcha el Proyecto "Colores para Antioquía ". Este interesante proyecto, impulsado por el CIED, surgió ante la necesidad de generar mayores ingresos para los pobladores de este lugar, en donde su principal actividad económica era el cultivo de frutales como manzanas, membrillo, lúcuma y ciruelas. Al tener dificultades de acceder al mercado con sus productos, se les ocurrió la idea de aprovechar los atractivos del lugar para fomentar el turismo, fue así que surgió la idea de pintar las casas con diversos dibujos coloridos en forma de flores, caballos, frutos y aves para llamar la atención.

Palomas

Iglesia de Antioquía

Se convocó a un grupo de artistas plásticos entre peruanos, argentinos y uruguayos, bajo el control del pintor Enrique Bustamante, llegaron al pueblo y experimentaron con muchos diseños para decorar las casas. Al principio los pobladores no estaban muy contentos con el proyecto y no le daban mucha importancia, pero al ver lo bonitas que iban quedando las casas de sus vecinos, todo el mundo decidió que quería tener su casa pintada también.

El proyecto no solo consistió en pintar las casas, a la vez se refaccionaron las paredes, pisos y techos, también se instalaron servicios higiénicos en varios puntos del pueblo. El CEID aporto los fondos necesarios para poder llevar a cabo este interesante proyecto, por su parte la comunidad puso la mano de obra.

Flor

Recorrimos el pueblo de lado a lado, conversamos con su amable gente, disfrutamos de un desfile celebrando las fiestas patrias y sobretodo respiramos ese aire puro de nuestra serranía tan escaso en nuestra Lima de hoy.

La cara de Antioquia cambió y los lugareños se habituaron a la presencia de turistas nacionales y extranjeros, esto genero que se abran diversos negocios como restaurantes, hospedajes y tiendas de artesanía. Gracias a este novedoso proyecto cerca de 1300 pobladores de la zona han logrado diversificar sus fuentes de ingreso. La actitud de los antioqueños ha cambiado, tienen mayor optimismo y de paso han logrado beneficiar a algunas comunidades aledañas. Hoy en dia Antioquía esta contento, lleno de alegría, energía y felicidad, el visitante llega ansioso de poder visitar las hoy famosas y hermosas casas pintadas, eso sumado a la tranquilidad del lugar y a sus bonitos paisajes serranos hacen de Antioquía un lugar muy interesante y atractivo que vale la pena visitar.

Torre Principal de la Iglesia de Antioquía

Luego de casi tres horas de caminar por sus coloridas calles, subimos al auto y retornamos hacia Lima, enamorados de este simpático y pintoresco pueblito al cual prometí regresar pronto y que aun me espera, un pueblo que unió fuerzas para salir adelante y lo lograron hacer de una manera muy creativa. Un verdadero ejemplo de que cuando todos apuntamos hacia un mismo lado y nos unimos podemos lograr grandes cosas.

Nicolás, Carolina y Charo posando en una casa típica de Antioquía