Salimos de la zona del Mar Muerto con destino a Jerash. Luego de cruzar un desértico paisaje habitado por diversos grupos de beduinos, comenzamos el asenso, por una delgada carretera, hasta el pueblo de Salt. Todo andaba bien, hasta que en esta parte del mapa jordano nos topamos con una maraña de carreteras. El mayor problema fue que la mayoría de la señalización estaba en árabe, además que ya se estaba haciendo de noche.
Columnas de 15 metros de altura en el Templo de Artemis
Preguntamos a mas de una persona y nada, nadie hablaba ingles, era casi imposible comunicarnos. Ya de noche paramos en un pequeño pueblo a preguntar por el camino correcto, unos amables muchachos, con los que nos entendimos con señas, se tomaron la molestia de subir a su auto y guiarnos hasta la salida a la carretera a Jerash, de ahí para adelante todo se nos hizo mas fácil.
Llegamos cerca de las 8 pm a la ciudad de Jerash, nos dimos con la amarga sorpresa de que los hoteles escaseaban, dábamos vueltas y vueltas y no encontrábamos ninguno, simplemente no habían.
Preguntado y preguntando conocimos a un señor mayor, de unos 65 años, con quien nos quedamos conversando mas de media hora. El era parte de la minoría religiosa de Jordania, parte del 5% de cristianos de este país. Nos contaba lo complicado que le resultaba vivir en un lugar netamente musulmán y convivir con sus costumbres y tradiciones.
Luego de algunas indicaciones de este amable señor llegamos al Hotel The Olive, ubicado en las afueras de Jerash, a unos 10 kilómetros sobre una colina. Llegamos cansados, solo nos quedaron fuerzas para echarnos en nuestras camas y dormir.
Impresionante Arco de Adriano, acceso principal a Jerash
A la mañana siguiente nos levantamos a las 7 am, luego de tomar desayuno salimos a conocer las famosas ruinas de Jerash, las cuales colindan con la ciudad que lleva el mismo nombre.
Jerash, llamada antiguamente Gerasa, está situada en un hermoso valle verde en la tierra bíblica de Galaad. Es una de las ciudades Greco-Romanas mejor conservadas del mundo, también se le conoce como la "Pompeya del Este". La entrada a Jerash esta adornada con el Arco de Adriano, una impresionante puerta de tres arcos, construida para conmemorar la entrada del Emperador Adriano en la ciudad en el año 129 DC. Entrando en la villa destacan, en el lado izquierdo, las arenas del Hipódromo donde tenían lugar las carreras de carros jalados por caballos.
Entrada al Templo de Artemisa
Al final de este camino nos topamos con el grandioso el Templo de Zeus, construido en 162 D.C. Al lado de él encontramos el Teatro Sur, con dos pisos de altura y un aforo de más de 3.000 espectadores, que aún se sigue utilizando para realizar representaciones. Es increíble la excelente acústica que tiene, desde la parte superior del teatro se escucha perfectamente la voz de una persona situada en la parte central del escenario. Fue construido en el siglo I, y desde lo alto del graderío se pueden contemplar unas increíbles vistas panorámicas de toda la ciudad.
La Plaza Oval, una plaza elíptica de 80 x 90 mts
Seguimos caminando y nos topamos con la Plaza Oval, una plaza elíptica que se conserva en perfecto estado. Sus dimensiones son 80 x 90 metros y está rodeada por decenas de columnas jónica del siglo I AC. En este punto comienza la Calle Colonnade o Cardo Máximo (conocida también como la Avenida de las Columnas). Esta es una de las imágenes más representativas de Jerash. Era la avenida principal de la ciudad, que discurría en sentido norte a sur a lo largo de 800 metros de longitud.
Lo más llamativo de esta amplia avenida son las columnas que adornan ambos lados de la vía y el pavimento de piedra, en ellos aún se pueden observar los surcos que han dejado los carruajes romanos hace cientos de años. Mientras caminamos por este largo camino empedrado pasamos frente al Macellum, el Tetrapilo Sur, Ninfeo y la Catedral, todas ellas en excelentes condiciones, que nos dan una idea clara de los que fue esta civilización hace 2000 años.
Calle Colonnade o Avenida de las Columnas con 800 mts de longitud
Charo en uno de los arcos de Jerash
Caminamos primero hacia el Teatro Norte que data del año 165 DC, en el 235 DC fue ampliado duplicando su capacidad hasta los 1.600 espectadores. Luego de admirar lo bien conservados que se encuentran estos restos arqueológicos llegamos a unas escaleras, las que subimos hasta toparnos finalmente con el Templo de Artemis, tal vez la mayor atracción de Jerash. Nos quedamos largos minutos admirando sus once altas y contorneadas columnas de alrededor de 15 metros de altura.
El Teatro Norte, llegó a albergar a 1600 espectadores
Los romanos no fueron los primeros ni únicos en ocupar estas tierras, dentro de esta ciudad se han encontrado restos de asentamientos que datan de las Edades de Bronce, Hierro, Helenística, Romana y Bizantina, así como de los periodos Omeya y Abasida.
Columna con el fondo de parte del Templo de Artemis
Recorrimos Jerash por mas de dos horas bajo un calor intenso. La caminata fue agotadora, pero valió la pena, este magnifico lugar no tiene nada que envidiarle a cualquier resto arqueológico romano italiano.
Subimos al auto y partimos hacía Amman, capital de Jordania. Recorrimos los 50 kilómetros de carretera en 40 minutos. Entramos a la ciudad por el lado mas caótico, el tráfico era desesperante. Poco a poco el tránsito se volvió mas fluido, y llegamos a la zona comercial de Amman. Aprovechamos de comer algo y con las mismas partimos hacia el aeropuerto, debíamos continuar con nuestro viaje hacia Nairobi, capital de Kenia.
Tomando una foto el la Avenida de las Columnas
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