Hace unos días, mi buen amigo Pascual Saco, me animó a escaparnos del caótico ruido de la ciudad y emprender un ida y vuelta al pueblo de Lunahuana, a escasas dos horas de Lima. Ni cortos ni perezosos partimos temprano, cerca de las 8 am, junto a Ursula Sayán y Charo, mi esposa; tomamos la panamericana sur hasta Cañete y entramos por la carretera que sube a Yauyos hasta llegar al poblado de San Jerónimo, Km 33.5 para ser mas exacto. Ahí nos esperaba uno de los pocos circuitos de Canopy existentes en el Perú, abierto al público a principios de este año por la empresa "Río Cañete Expediciones".
Pascual Recorriendo la primera de las lineas "El Cormorán"
El Canopy, que en inglés significa copa (por la copa de los árboles), consiste en deslizarse, sobre una polea y colgado de un arnés, a lo largo de un cable de acero suspendido, a una altura considerable, entre dos puntos a los que éste va anclado.
El Canopy consiste en desliarse entre dos puntos, mediante un sistema de poleas, sobre un cable de acero.
La historia del Canopy se remonta a los años 70, cuando dos estudiantes de biología de la Universidad de Los Ángeles - California, Donald Perry y John Williams, estudiaban la biodiversidad en parte alta de la selva tropical de Costa Rica. Para poder acceder a ellas adaptaron las técnicas de escalada y el material del que disponían a un ámbito muy diferente al de la roca: el bosque tropical. De este modo surgió una revolucionaria forma de moverse por la selva, que adquirió gran acogida entre investigadores y conservacionistas del sector. Veinte años después, a principio de los 90, surgió la idea de aplicar estas técnicas con fines de ocio y entretenimiento, convirtiéndose en un deporte que pasó a denominarse “CANOPY” y que rápidamente se extendió por el mundo entero.
El Canopy es una actividad muy segura, siempre y cuando este bien llevada
La primera vez que hice Canopy fue hace dos años en Costa Rica, una experiencia increíble, un punto de vista distinto de observar el mundo que nos rodea. La gran diferencia entre esa experiencia pasada y esta que recién íbamos a vivir es que, en Costa Rica, cruce entre las copas de los árboles de la selva tropical, ahora nos tocaba volar sobre los cerros y disfrutar la hermosa vista que el Valle del Río Cañete nos regala.
Charo, mi esposa, haciendo Canopy en Manuel Antonio - Costa Rica
La idea de hacer esta ruta de Canopy en Lunahuana nació de los kajakistas peruanos Leonardo González y Gian Marco Vellutino, ellos disfrutaron la experiencia, que nos regala esta curiosa manera de volar, en un viaje a la Argentina. Trajeron la idea, se la propusieron a José Bello y Luis Vereau, dos empresarios con muchos años en el mundo de los deportes extremos y nació el proyecto. Trabajaron casi un año, asesorados por un experto arquitecto y escalador costarricense.
El "Kanopy Lunahuaná" cuenta con un amable y bien preparado grupo de guías
El Valle de Lunahuaná es ideal para la práctica no solo del Canopy sino de diversos tipos de deportes de aventura
El "Kanopy Lunahuana" se divide en dos rutas, la corta y la larga, todas las líneas tienen nombre de ave de acuerdo a las características del trayecto. La ruta corta consta de dos líneas, "El Cormorán" de 350 mts que cruza sobre el río Cañete y "El Carpintero" de 400 mts que cruza nuevamente el río hasta la orilla opuesta.
Arturo cruzando la linea llamada "El Vencejo" de 500 mts de longitud (foto: Pascual Saco)
La ruta larga es mas intensa y emocionante, incluye las dos líneas ya descritas. Luego nos trasladamos por una quebrada, en una camioneta de la empresa, a la parte alta de un cerro, caminamos unos 5 minutos y nos lanzamos por "El Vencejo", una intensa y vibrante línea de 500 mts de longitud donde uno llega a velocidades sobre los 60 o 70 km x hora.
Pascual terminando la linea de "La Lechuza" 200 mts
De ahí rápidamente tomamos dos líneas mas, "La Lechuza" de 200 mts para luego pasar a la mas corta y veloz de todas, "El Picaflor" de solo 100 mts de longitud. Cuando uno ya se siente curtido y experimentado en el oficio del Canopy nos toca subir por un camino ascendente por espacio de 8 a 10 minutos y llegamos a la mejor parte, el remate final, "El Águila", línea de 900 mts de longitud, considerada como la mas larga de Sudamérica. Colgamos nuestra polea y arnés del grueso cable de acero y nos lanzamos al infinito por un intenso viaje de mas de 1 minuto sobre un paisaje maravilloso; un remate de lujo para una experiencia de lujo.
Arturo y Pascual después de disfrutar del Canopy
Terminamos el circuito de 6 líneas en alrededor de hora y medía, desde el último punto caminamos unos 15 minutos de vuelta al local de "Río Cañete Expediciones", satisfechos a un 110% de la experiencia vivida, toda una aventura a un paso de nuestra capital, donde uno puede huir del estrés de la ciudad y vivir por unos largos minutos una experiencia única, lo mas cercano a lo que sienten las aves al volar sobre la naturaleza que adorna el Valle del Río Cañete.
Video grabado con una Canon 7D y una GoPro en el Canopy de Lunahuana
interesante el deporte, esper estar disfrutando pronto
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