Siempre me llamó la atención este tierno y gracioso animalito, el cual se asemeja mucho a un conejo. Si mi memoria no me falla, la primera vez que vi una vizcacha fue alrededor del año 1994, cuando subí a la Meseta de Marcahuasi, ese primer contacto me sirvió para comenzar a conocerla mas.
Vizcacha en los alrededores del Pueblo de Atcas
Años después, en un viaje a Huancavelica con mi hermano José Ignacio y nuestro buen amigo Pedro Rachitoff, cuando nos encontrábamos bordeando la hermosa laguna de Choclococha, Pedro grita, "Miren las Ardillas", volteamos la mirada hacia un lado y nos topamos con decenas de vizcachas corriendo al lado nuestro, un lindo espectáculo natural.
Aunque las vi muchas veces nunca me fue fácil sacarles buenas fotos, este escurridizo mamífero anda siempre alerta a cualquier movimiento extraño y huye ante cualquier amenaza, aunque sea la de un simple curioso que solo quiere admirarla y contemplarla.
La vizcacha siempre anda en estado de alerta ante cualquier amenaza
La primera vez que pude retratar una de ellas fue en Vallecito, a las afueras de la ciudad de Santiago de Chile, aunque en este lugar las vizcachas son distintas a las que vemos en los andes del Perú, se diferencias, sobretodo, por el pelaje amarillo que adorna su pecho.
Vizcacha en Vallecito, a las afueras de la ciudad de Santiago de Chile
La suerte me llegó hace pocos años de años, estando cerca al pueblo de Atcas, en la parte alta de la sierra de Junín, me tope con cientos de ellas y al fin las logre fotografiarlas a mi gusto.
Este ágil mamífero de orejas largas, 60 cm de largo y de alrededor de kilo y medio de peso, posee un precioso pelaje largo y tupido, el cual fue apreciado por los pobladores del antiguo Perú. Garcilazo de la Vega, describe a la vizcacha en "Los Comentarios Reales de los Incas" de la siguiente manera: "Otra diferencia de conejos hay, que llaman vizcacha, tiene cola larga, como gato, críanse en los desiertos donde hay nieve, y no les vale, que allá van a matarlos. En tiempo de los Reyes Incas y muchos años después, aprovechaban el pelo de la vizcacha y lo hilaban de por si, para variar de colores la ropa fina que tejían" (sic).
Vizcacha al atardecer en las alturas de Junín
La Vizcachas viven en grupos de hasta 50 ejemplares, en túneles que se forman entre las piedras y rocas de cerros, lomas o en terreno firme. Se alimenta de todo tipo de vegetales, sobretodo las plantas y hierbas que crecen al ras del suelo.
Las horas donde es mas común verlas es al amanecer y al atardecer, el "vizcachón", el macho mas viejo, normalmente es el que sale primero para comprobar que no hay peligro alrededor de su madriguera, luego lo siguen las demás a calentarse con los primeros rayos del sol o a observar la puesta de sol desde la entrada a su madriguera.
Dos vizcachas en la entrada de su madriguera, pueden vivir en colonias de hasta 50 individuos
A la vizcacha se le encuentra a lo largo de Perú, Chile, Paraguay y Argentina, sobretodo en las zonas cordilleranas, ya sea en la cordillera de los andes o de la costa. Aprovechan los terrenos secos y pedregosos, aunque también se les puede encontrar en terrenos desérticos.
Las "vizcacheras", o sea los sistemas de corredores subterráneos en los que habita, se extienden en un radio de 15 a 20 metros, donde muchas veces comparte un sector de su guarida con otras especies de animales, ya que las cuevas puede tener hasta 15 entradas.
La piel de las vizcachas fue utilizada en el imperio incaico para la confección de prendas de vestir
Una de las mayores amenazas para este pequeño mamífero ha sido el hombre que tala irresponsablemente los bosques y quema la vegetación del lugar donde habita para aumentar el tamaño de pastizales, esto ocasiona la asfixia de los roedores que están dentro de las fisuras y, a la vez, elimina la vegetación que utiliza para su alimentación.
Sus largas y poderosas patas traseras le sirven para escapar rápidamente ante cualquier peligro
La caza de la vizcacha es otro de los factores que amenaza a su especie, su carne es muy apreciada por los pobladores de los andes peruanos, donde se les mata con frecuencia. Es común, al estar en algún poblado alto andino, que se les ofrezca vizcacha como plato del día, les recomiendo no comprar ni comer platos hechos en base a este roedor, no hay que fomentar su cacería.
Hay una tercera causa, muy sui generis, que amenaza a este animalito, son los desperdicios que muchas veces deja el hombre, pobladores y turistas. El mayor problema son las cáscaras de plátano, las cuales, al ser ingeridas por la vizcacha, las mata de forma inmediata.
A parte del hombre, sus principales depredadores son los gatos andinos y los zorros.
La vizcacha es un animal milenario, parte importante de nuestra fauna, nuestra historia y nuestra cultura, es responsabilidad de nosotros cuidarla y respetarla.
Las vizcachas se mimetizan muy bien con su entorno, acá vemos una sobre los Sarcófagos de Karajía en Amazonas, la cual descubrí luego de ver las fotos en el computador