El reloj marcaba las 2 pm cuando estacionamos el auto en el pequeño pueblo
de Manzanillo, lugar donde Gonzalo, Santiago y yo iniciaríamos una intensa
caminata por esta interesante reserva costarricense. Nuestras piernas cargaban mas
de 5 horas de caminata, por la mañana habíamos recorrido cerca de 12 km de el
Parque Nacional Cahuita. Era ahora o nunca, no había mas tiempo, a la mañana
siguiente partiríamos hacia Playa Negra, al otro lado del país, para encontrarnos
con nuestro buen amigo José “Pablito” Madalengoitia y recibir el 2013.
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Punta Mona en Gandoca Manzanillo |
Cruzamos un estrecho y poco profundo rio para entrar al Gandoca Manzanillo,
el terreno se encontraba muy barroso gracias a las fuertes lluvias que cayeron
por la noche. La primera parte de la ruta no estaba muy marcada, subíamos y
bajábamos pequeñas lomas llenas de vegetación y grandes raíces mientras
nuestros zapatos y piernas se nos llenaban de barro. Por partes asomaban, entre
los grandes arboles y cocoteros, hermosas playas caribeñas.
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Santiago y Gonzalo en la Reserva |
El Refugio de Vida Silvestre Gandoca Manzanillo es de tipo mixto, es decir
que le pertenece una parte al estado y otra es propiedad privada. Se encuentra
a pocos kilómetros limite con Panamá en la provincia de Talamaca. Cuenta con
unos 15 km de playas y 740 acres de bosque, un arrecife de coral y humedales en
los que encontramos pantanos, lagunas, bosques inundados y arrecifes. Cabe
resaltar que sus bosques contienen una alta cantidad de especies endémicas,
algunas de ellas amenazadas o en peligro de extinción.
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Bocaracá, habitante de los bosques caribeños de Costa Rica |
Dentro de sus límites protege parte de la flora y fauna de la región entre
los que encontramos a el manatí y a algunas especies de tortugas marinas que
anidan es sus blancas playas. Además tapires, pumas, sajinos, caimanes y
algunas especies de monos se refugian dentro de los limites de la reserva.
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Mono Capuchino Cara Blanca |
Alrededor de 350 especies de aves se pueden observar dentro de la reserva,
varios tipos de tucán, loros, pericos, aguiluchos, carpinteros, entre otros, son
habitantes frecuentes del Gandoca Manzanillo. Entre los reptiles encontramos
sapos, ranas venenosas, basiliscos y una gran variedad de culebras.
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Heliconia |
A los 25 minutos de camino nos topamos con la formación
mas característica de la reserva, Punta Mona, una meseta coralina que emergió
cerca de 30 mts sobre el nivel del mar, era imposible no detenerse unos minutos
a contemplar tan bello paisaje.
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Hermoso paisaje adornado con la emblemática formación de Punta Mona |
Caminamos mas de 2 horas con la intención de llegar al pequeño poblado de
Gandoca, no había ni rastro del lugar. Se comenzaba hacer tarde y decidimos
emprender nuestro camino de retorno. Una hora antes de llegar encontramos un
desvío que nos bajaba hacia una playa, la curiosidad nos gano y caminamos,
colina abajo, unos 5 minutos hasta llegar a la playa.
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Culebrilla que nos topamos en el camino |
Nuestra sorpresa fue grande, nos topamos con un grupo de 8 jóvenes
campistas extranjeros, ellos habían llegado en bote bordeando la costa.
Investigamos un poco los alrededores bajo la atenta mirada de una pequeña
familia de monos aulladores.
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Monos Aulladores |
Uno de los “gringos” nos paso la voz, había encontrado una tímida rana calzonuda refugiada dentro de una caña seca. Esta hermosa rana de ojos rojos y hábitos
nocturnos, a mi parecer, la mas bellas de Centroamérica. La fotografiamos unos
minutos y la dejamos ir. La noche caía y había que apurarse, nuestra intensión
era salir con luz del bosque.
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Rana Calzonuda |
Caminamos rápidamente la última parte del trayecto que incluyó una perdida
de camino y el atravesar una densa vegetación llena de plantas espinosas.
Llegamos con muy poca luz a Manzanillo luego de 5 horas y 12 kilómetros de
caminata. Sumadas a las de la mañana en el Parque Nacional Cahuita teníamos
casi 25 km en las piernas.
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Gonzalo y Santiago saliendo de la reserva después de 5 horas |
Sin dudarlo corrimos hacia la playa y nos metimos, ya de noche, un merecido
chapuzón en esta parte del mar caribe. Nos refrescamos con unas Coca Colas
Heladas, descansamos un par de horas y arrancamos con los rones y cervezas, no
podíamos perdonar nuestra última noche en Puerto Viejo, un fascinante lugar que
mezcla, casi a la perfección, la aventura, el relajo y la diversión, donde sin
dudarlo volvería una y mil veces mas.
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Santiago, Gonzalo y Arturo a punto de entrar al mar |
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Fotografiando pequeña culebra (foto: Santiago Bullard) |
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Santiago llegando a Manzanillo |
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