viernes, 23 de enero de 2009

Cuzco y Puno (1998) Parte I

Día 1 Lunes 27 de Abril

Hoy empieza mi viaje al Cuzco y a Puno, me voy solo. Paso el taxi por mi a las 4:15 a.m., al salir de la casa, mi vecina salió por su ventana gritando creyendo que era un ladrón, tuve que regresar hasta el pie de su ventana y decirle que el ladrón era yo.
El vuelo de Aeroperu salió puntual, luego de casi 1 hora de vuelo (7:30 am) llegue después de 4 años a la ciudad del Cuzco. Recogí mi mochila y le pedí a un taxi que me lleva un Hostal barato, termine hospedado en “El Tumi” por solo S/.12 soles la noche, me metí un hato hasta medio día y luego de tomar unas fotografías en la plaza caminé por la calle El Triunfo ha fotografiar la piedra de los 12 ángulos, para mala suerte justo le caía sombra, así que continúe mi camino a San Blas. En San Blas conocí a un patita artesano llamado Dámaso, este pata era de La Perla Callao y hacia unos círculos de alambres movibles que supuestamente representa la creación del universo, realmente una cojudez, me quede conversando una media hora con el y resulto ser bastante florero. Después de oír sus historias por Colombia, Bolivia y sobre su cuero danés, la cual había dejado embarazada, me dirigí hacia el mirador en la parte alta de la ciudad.
En la tarde, después de comprar mi boleto de tren hacia Aguas Calientes, tome un taxi a Sacsawaman, llegando un tipo del INC me intercepto y me pidió mi boleto de entrada a todas las ruinas del Cuzco. Pensé, como de costumbre, que el pata me iba a pedir un sencillo para dejarme entrar, cuando me sorprendió con un ticket del tamaño de un diploma que me vendió el $10 dólares, dolió, pero caballero nomás, tuve que pagar.

Ruinas de Sacsawaman

Luego de hacer unas fotos en las ruinas, al caer la tarde, me dirigí hacia Cuzco, a solo 20 minutos caminado. A medio camino un lugareño me ofreció mostrarme, a cambio de una propina, una puerta de piedra que según el había sido la casa de Manco Capac, atrás de esta había otra piedra que supuestamente desde cierto ángulo se podía ver la cara del famoso primer Inca, no se si es que había que estar un poco STONE para alucinarla, pero yo no vi nada.
Cuando llegue a la Plaza de Armas ya había oscurecido y descubrí de que la pileta de la plaza era nueva y tenía una iluminación alucinante, tome fotos de la plaza y partí a descansar a mi hueco llamado “El Tumi”.

Plaza de Armas del Cuzco

Cerca de las 8:30 p.m. salí a dar una vuelta y aterrice en un Pub llamado “KERO’S”, aprovechando el Happy hour, por supuesto, me tomé 2 Cuba Libres Gran Cartavio a la módica suma de S/.3 soles c/u mientras escuchaba las quejas del barman y a la vez dueño del local, ya que hacia una semana el alcalde del Cuzco había prohibido la vida nocturna después de las 2:00 a.m. Me pareció la peor estupidez que le han podido hacer al Cuzco. Luego de despedirme del Sr. Rodríguez, caminando solo por Procuradores me encontré con Gorgojo, un amigo, y con su hermano Benjamín en su local de deportes de aventura, loreamos por mas de dos horas y arranque hacia el “Mama Africa”, lugar que supongo, por ser lunes, no me cobraron.
Estuve tranquilito apoyado en una pared alucinando como la gente (puro extranjero que bailaba desde tecno hasta salsa) se movía de cualquier manera. Poco a poco me empece a empilar, superando cualquier roche, me puse a bailar solo, rodeado de puro europeo e israelita que apestaban a basura. Luego de largos minutos baile de todo (mientras el tiempo pasaba me sentía menos huevón), hasta que por el rabillo del ojo divise a un pata limeño conocido, así que me escabullí caleta, para evitar roche, lo saludé y me quede conversando con él.
A golpe de 1:45 am, antes de que el Cuzco se apague, según las nuevas disposiciones, me fui a dormir pensando que tenía que levantarme antes de las 6 am para ir a Machu Picchu.


Día 2 Martes 28 de Abril

Me desperté temprano, a la 5:45 am, con la intención de ducharme, no me sorprendí cuando me enteré que no hubiera agua en “El Tumi”, así que “talco” no mas me tome un taxi hacia la estación de tren. A las 6:30 a.m. el tren partió, casi vacio hacía Machu Picchu. Aprovechando el espacio me eche medio de costado y dormí por intervalos de 10 minutos (luego unos suizos asombrados me preguntaron como diablos podía dormir en esa posición yogesca). Al llegar a Aguas Calientes, 4 horas después, fui a buscar un hostal, mi intención era dormir en Aguas Calientes para estar dos días en Machu Picchu, así fue que llegue al Hostal “El Caminante” en el cual ya me había hospedado en abril de 1993 cuando viaje con unos amigos. Esperé el bus por mas de una hora y partí hacia la fortaleza.

Una vez arriba, la entrada costó $10 dólares. Esta era la tercera vez que entraba a la ciudadela y la cuarta vez que la veía, ya que en agosto de 1993, cuando llegue por los Caminos del Inca con Rachi y Tom, ellos no quisieron entrar porque .... estaban cansados! Paseando por Machupicchu comencé a sentir un dolor en la rodilla derecha, sobre todo a la hora de bajar escaleras, dolor que también me estuvo fastidiando el día anterior en Sacsawaman, me aguante y recorrí las ruinas por 3 horas aprox. Bajé a Aguas Calientes a recoger mis cosas, ducharme (la ducha costo S/. 1 sol) e irme a dormir a Ollanta, cambié de planes, ya no me quedaba a dormir. En el bus de bajada conocí a una pareja de suizos, Yerome Polier y Christel Imhoff, ambos eran de Viena, conversamos durante el trayecto de bajada y luego en el tren de regreso hasta Ollanta (2895 msnm), antes de bajarme me ofrecieron mandarme, cuando regresen a su país, una cuchilla suiza, nunca llegó.

En el Intipunko, Machu Picchu

Llegue a la estación de Ollanta a las 5.30 p.m., al toque se me acerco un pueblerino ofreciéndome alojamiento por S/. 10 soles, caminé 15 minutos y llegué al hostal “Miranda”, a dos cuadras de la Plaza de Armas. Me ubique y me fui a comer al mejor restaurante del pueblo llamado “Las Brisas”, comí un menú de S/. 2.50 soles que consistía de una sopa de fideos, seco con arroz, mazamorra y mate de coca, el seco resulto ser puro pellejo, pero la sopa si que estuvo buena. Luego en la Plaza, para rematar, comí un anticucho, de no sé que, a medio sol.
Después de leer un rato “Los Cuadernos de Don Rigoberto”, de Mario Vargas Llosa me quede dormido cerca de las 7:30 pm.


Día 3 Miércoles 29 de Abril

Me levante a las 7:00 pm luego de dormir por casi 12 horas, tome mis cámaras y fui directo a las ruinas de Ollantaytambo, no había nadie, subí tranquilo por las ruinas a tomar algunas fotografías. Luego de un rato me encontré con un japonés, el cual también había dormido en el hostal “Miranda”, conversamos un poco en inglés y seguimos, cada quien, su camino.
Las ruinas de Ollantaytambo son increíbles, recién hoy, la cuarta vez que la visito, llegue apreciarla en su totalidad (habrá sido porque las otras tres veces fui resaqueado?).
Al bajar de la ruina me dirigí a la Plaza de Armas de Ollanta, me senté relajadamente a observar a la gente. Primero apareció un charlatán mostrando unos dibujos bastantes mal hechos de unas narices por las cuales salían unos gusanos de gran tamaño, luego de contarle a la gente de pueblo de diferentes enfermedades y la sádica forma que se las curaban si no las prevenían (decía que el cáncer a las mamas se los curaban con fierros calientes). Habló por lo menos 30 minutos incoherencias, al terminar ofreció sus productos medicinales naturales a S/. 2 soles c/u, la gran mayoría de esa gente de escasos recursos, se creyó el cuento y se las compro.
No paso ni un minuto y apareció otro farsante, este tenia una bola trasparente de plástico, la cual tenia una cabeza reducida dentro. según él, la cabeza pertenecía a un antiguo chaman muy reconocido. Esta pelota tenia una ranura en la parte posterior, en la cual, luego de preguntarle a una crédula persona su fecha de nacimiento, introducía un sobre con un papel en blanco, después de hacer mil y un gestos y gritar escandalosamente, el papel salía escrito con el futuro de la persona engañada. Este impostor también cobraba S/. 2 soles por consulta, mientras se floreaba de ser uno de los mas destacados chamanes de la Huaringas, triunfador en varias ciudades de Sudamérica. En ese momento lo único que me provocaba era desmentirlo, pero pense que no me incumbía y, pese a todo, era una de las pocas distracciones que tenia la gente de este apacible pueblo.
A medio día tome una combi hacia Urubamba (2965msnm) y baje en la estación de buses, al preguntar donde quedaba la Plaza de Armas me dijeron “aquisito nomás”, la cosa que la plaza quedaba como a 6 cuadras y, para variar, en subida. Apenas llegue me metí en un restaurante y comí un pastel de acelga (S/. 5 soles) y una refrescante limonada a S/. 1 sol. Fueron pocas las fotos que pude hacer ya que la iglesia de la plaza estaba en refacción. Una hora después partí a Yucay (2985 msnm) en un mototaxi, llegue al hotel La Posada del Inca a buscar a la gente que iba a asistir al matrimonio de Carlos Raúl Vizquerra, un amigo del colegio. Me di con la sorpresa de que todavía no había llegado nadie, deje mis cosas en el hotel y salí a caminar, estuve con suerte ya que me encontré al toque con el tío Raúl, papá de Carlos Raúl, regresé con él al hotel y me quede conversando con Carlos Raúl y Claudia, su futura esposa, hasta la tarde.
A las 5 pm, tomé mi libro y me puse a leer en una banca frente a un parque, hasta que fui interrumpido por Carlos Raúl y unos patas del pueblo de Yucay, me ofrecieron jugar una pichanguita, no se como me animé, gracias a dios cuando iban aproximadamente 8 minutos de partido y andaba con el corazón a mil, se desato una tormenta, para mi buena suerte y la de mi corazón, se tuvo que anular el partido, me salvé.
En la noche, luego de estar un rato en el hotel, me prestaron un cuarto de una casona antigua, en la cual iba a dormir desde el día de hoy hasta el domingo, por primera vez en el viaje saque todas mis cosas de la mochila, le metí una sacudida al cuarto, ya que hace muchos años no se utilizaba y estaba lleno de arañas y de caca de rata, tire mi sleeping bag sobre una antigua cama en la cual decían que había dormido Simón Bolívar, sonaba a palo pero a las finales me averigüe bien y al parecer era verdad.


Día 4 Jueves 30 de Abril

En la noche no logre dormir muy bien, me levante a eso de las 8:30 am, salí a tomar una combi a Pisac, mientras esperaba me comí dos panes con nada y converse con la señora de la tienda de lo mal que andaba el fútbol peruano (la noche anterior Peñarol eliminó al Alianza de la Copa Libertadores).
Apenas llegue a Pisac (3015 msnm) comencé a subir hacia las ruinas, la subida fue agotadora y el sol estaba fuertísimo, luego de sufrir como un perro llegue a la primera ruina 36 minutos después de haber salido de la plaza, 15 minutos después llegue a las ruinas principales (3415 msnm). Estas ruinas se dividen en tres, la parte de la nobleza, el pueblo y la zona de los artistas (esta parte me entere que existía 3 días después). La parte de la nobleza, ubicada en lo alto, está compuesta de piedras simétricamente ordenadas, mientras la zona del pueblo, ubicada en la parte baja, tienen una arquitectura mas simple y desordenada.
Luego de un buen rato en la ruina, al bajar, me huevié de camino, terminé de nuevo cerca de la parte alta (la bajada se hacia por otro lado), ahí me encontré nuevamente con el japonés que conocí en Ollantaytambo, conversamos un rato y descendí a la Plaza de Armas.
Como hoy es jueves había mercado en Pisac, aproveche de tomar algunas fotos de la gente y partí rumbo a Chincheros.
Tome una combi primero a Calca, ahí conocí a un artesano que se llamaba Rubén y estaba yendo a vender sus acuarelas a Chincheros, luego tome otra movilidad a Urubamba y una mas a Chincheros, en total me demoré un poco mas de 2 horas en llegar. En el camino estuve conversando con Rubén, este simpático señor bailaba en un grupo folklórico y me invitó para que fuera a verlo bailar el día domingo a las 11 am a un pueblo llamado Watay, iban a celebrar la fiesta de las cruces en todo el valle. No pude asistir.
Al llegar a Chincheros (3780 msnm), muy cerca de la carretera celebraban la inauguración de una cancha de fútbol, Rubén mandó a rodar su trabajo y se fue al tono a encoparse. De la carretera subí a Chincheros aprox. en 10 minutos, eran ya las 4 pm y recién llegaban los artesanos a vender sus productos, hice unas fotos tanto en las ruinas como en la iglesia y me senté a conversar con dos mamachas artesanas. Justo cuando me estaba parando para irme me encontré con Yerome y Christel (amigos suizos, los que nunca me mandaron la cuchilla), conversamos un rato y nos despedimos para siempre.

Con Christel y Yerome, amigos suizos, en Chincheros

Llegue a la carretera, tome una combi hacia Urubamba, baje y empecé a caminar a Yucay, el recorrido fue de 3 a 4 km, me demore casi 30 minutos, cuando entre a Yucay anochecía y solo había comido un par de panes en todo el día, muerto de hambre busque donde comer en Yucay, lo único que encontré fueron los 5 patas con los cuales había jugado fulbito el día anterior, ellos estaban chupando cerveza con coca cola media caliente, me metieron letra y me tome un par de tragos con ellos, solo para cumplir. Al no encontrar un sitio para comer volví a Urubamba y me metí al restaurante “Las Nustas”, ahí, muerto de hambre, me pedí medio pollo con papas y de regalo me invitaron un aguadito, el pollo era enorme, parecía un pavo pero estaba delicioso, después de devorarlo y dejarlo huesitos, salí repleto hacia Yucay a dormir.

Continua.... Parte II

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