Linday y Los Toboganes Naturales de Songos: Trekking, Aventura y Diversión a un Paso de Lima.

Luego de una mala noche donde dormí solo 2 horas partimos con destino al Km 63 de la ajetreada carretera central. Teníamos 2 misiones en esta corta incursión a la sierra central de Lima. La primera era llegar al pueblo de Linday y explorar su parte alta; la segunda, subir hasta las cascadas de Songos y disfrutar de sus divertidos toboganes naturales.

Marco en los Toboganes de Songos

Partimos bordeando las 7 am hacia nuestro destino, éramos 7 amigos, Gonzalo, Arturo y Santiago Bullard, Claudio Berastain, Doel González, Michelle Muñoz y Marco Antonioli, todos con muchas ganas de divertirnos y pasar un sábado diferente.

Marco, Doel, Santiago, Gonzalo, Michelle, Arturo y Claudio
(foto: Doel Gonzalez)

Llegamos bordeando las 9 am al pequeño poblado de Songos, estacionamos los autos, preparamos nuestras mochilas y partimos rumbo a Linday, pequeño centro poblado en la parte alta del cerro Tomapongo.

Camino a Linday (foto: Gonzalo Bullard)

Nos tomó 1 hora recorrer los 2.5 km que separan Songos de Linday, el camino tiene una pendiente medianamente pronunciada y un desnivel de casi 500 mts entre ambos puntos. Unos sufrían mas que otros, pero todos afrontaban la cuesta con entrega.

Capilla en Linday

En Linday solo encontramos unas cuantas casas, una pequeña capilla y un burro, el pueblo estaba vacío, no nos topamos con nadie lo que dificulto la travesía. Nuestra idea era preguntar en Linday si existía un camino que nos baje directamente a las cascadas de Songos, pero al no encontrar un interlocutor hubo un cambio de planes.

Detalle de flora en Linday

Decidimos seguir nuestro camino para ver si encontrábamos la codiciada salida a las cascadas, subimos mas de una hora sobre el pueblo de Linday, caminamos y caminamos, y nos topamos con varias trochas las cuales no sabíamos a donde nos iban a llevar.

Pueblo de Linday visto desde lo alto

El final fue un poco decepcionante, una gran piedra en el camino impidió que continuáramos, ya se estaba haciendo tarde, así que optamos por regresar por el mismo camino por donde vinimos.

Ventana de casa en Linday

Pasamos Linday y bajamos casi hasta el pueblo de Songos, ya teníamos 4 horas de camino y 10 km en las piernas pero aún quedaba tiempo para subir a los esperados “Toboganes de Songos”.

Michelle y Gonzalo camino a Songos (foto: Marco Antonioli)

Trepamos por la quebrada de Linday unos minutos, por partes había que cruzar algunas resbaladizas piedras y mojarse los zapatos. El primer obstáculo complicado llegó a los 20 minutos de camino, en un punto conocido como “La Trenza de la Abuela”. En este lugar la quebrada se cierra y solo queda la opción de subir, literalmente, por el medio de la cascada, en contra del agua helada.

Subiendo la "Trenza de la Abuela" - 1

Subiendo la "Trenza de la Abuela" - 2

Doel y Santiago subieron con una soga de apoyo, lo seguimos Gonzalo, Marco y yo, minutos antes, en plena cascada, Michelle sufrió un aparatoso resbalón y se golpeo fuertemente la rodilla lo que le impidió seguir. Claudio venia con una lesión anterior que se le agudizo, así que inteligentemente decidió no continuar. Ya teníamos 2 bajas en el equipo.

Santiago pasando la parte mas complicada del trayecto

Continuamos nuestro húmedo recorrido por las frías aguas de la quebrada de Linday, piedras, agua, tierra, vegetación nos dificultaban un poco el paso.

Uno de los tantos cruces del riachuelo

Luego de 40 minutos llegamos a los esperados “Toboganes Naturales de Songos”, la primera y única vez que estuve previamente en este lugar fue hace 25 años, no me acordaba casi nada del lugar.

Escalando cerca de Songos

Los “Toboganes de Songos” son formas rocosas lisas por donde el agua de la quebrada de Linday baja, lo que convierte el lugar en un verdadero parque acuático natural.

Doel resbalándose en los Toboganes de Songos

Como niños subimos a la parte alta de los “toboganes” para tirarnos cuantas veces nos dio el tiempo, el cual escaseaba. Gozamos al máximo estos pocos minutos de full diversión. Luego de 20 minutos tomamos nuestras cosas y comenzamos el camino de regreso.

Arturo, Doel, Michelle y Santiago en la ruta (foto: Gonzalo Bullard)

El retorno nos tomó poco mas de 30 minutos, lo hicimos por un camino que sube por el lado del cerro, se trepa una empinada y resbalosa pendiente unos 10 minutos hasta toparnos con un camino de herradura mas firme y ancho que nos lleva directamente a Songos.

Claudio subiendo a Linday (foto: Doel González)

Fue un día intenso, acompañado de buenos amigos. Una excelente mezcla entre trekking, aventura y diversión, un lugar ideal para escaparse un día de la caótica ciudad de Lima y disfrutar de una de las tantas maravillas que nos regala el Perú, a un paso de Lima.

Parte del grupo en Linday (foto: Gonzalo Bullard)

Subiendo a Songos

Nota: Para ir los “Toboganes de Songos” recomiendo subir con zapatillas con buena suela (tipo hi tech) o buenos aquashoes. Una soga de por lo menos 8 metros, ropa de muda y muchas ganas de querer pasarla bien.