Luego de dos días recorriendo las ciudades de Matanzas y Cienfuegos regresamos a La Habana, nos quedaba todo un día en esta contrastada, atractiva y bizarra ciudad.
Juego de dominó callejero |
Comenzamos nuestro recorrido por el Paseo del
Prado. Caminamos unas cuadras y nos
topamos con un alegre señor que al ritmo de su guitarra y acompañado de dos
músicos mas nos improvisaron una melodiosa canción, la cual escuchamos
atentamente sabiendo, con antelación, que al termino de esta nos iban a pedir
una colaboración.
Sonero cubano que nos regaló una canción |
En Cuba se ve tanta pobreza y tanta gente que
hace de todo por conseguir algo de dinero para llevarse un pan a la boca que
con gusto uno colabora con ellos, sobretodo cuando no se limitan a solo
estirarte la mano, sino que con alegría y mucha simpatía te regalan un grato
momento de felicidad. Vivimos mas de una situación similar que con gusto
accedimos a colaborar con la gente cubana.
Desolada Calle San Lázaro |
Bajamos por la poca turística calle San Lázaro,
en cualquier calle similar de Latinoamérica uno caminaría asustado de que lo
asalten, mientras que en Cuba es poco común que pase. La calle estaba desolada,
una que otra persona caminaba por la acera, tres niños jugaban a tirarse una
pelota de beisbol y madre e hija trapeaban la vereda frente a su casa mientras tres
adolecentes las miraban desde un balcón en un segundo piso.
Madre e hija trapeando la vereda de su casa |
Las paredes con colorida pintura desgastada con
los años, la vejez de la madera y el oxido de la rejas de la gran mayoría de
las casas le daban un aspecto surrealista a esta tímida calle, la cual no aparece
en ninguna guía turística de La Habana.
Otro ángulo de la calle San Lázaro |
Nuestro siguiente punto fue el famoso Malecón
de La Habana, era sábado, razón por la que encontramos bastante gente
disfrutando de la brisa del mar. Este malecón se extiende por 8 kilómetros a lo
largo de parte del litoral de la isla. La construcción fue por etapas y duró 50
largos años. Sin lugar a dudas el Malecón Habanero es el principal lugar de
reunión de la gente cubana.
Alegres chicas cubanas en el Malecón de La Habana |
Pasamos al frente del “Castillo de los Tres
Reyes del Morro” y nos dirigimos hacia el Capitolio, estábamos con muchas ganas
de conocer mas la parte menos turística de La Habana. Conocimos a Héctor un
Ciclo-Taxista de 42 años, le pedimos que por favor nos muestre mas a fondo su
ciudad.
Castillo de los Tres Reyes del Morro |
Recorrimos parte del “Barrio Chino” y muchas
estrechas calles donde se respiraba el día a día de la vida de un cubano en La
Habana. Luego de mas de una hora de recorrido Héctor nos invitó a su casa, para
nosotros iba a ser un gusto el poder conocer un poco mas el como vive una
familia convencional en la Cuba Castrista.
Niño frente a su casa |
Entramos a un edificio mal mantenido y pasamos a
su pequeño departamento, ahí vivía con su esposa y su hija de 14 años la cual sufría
de una parálisis cerebral, fue un momento emocionalmente muy fuerte. Las carencias
materiales eran evidentes y contrastaban con sus ganas de salir adelante. Solo encontrábamos,
entre sus cosas, lo mínimo e indispensable para vivir. Héctor nos contaba que
era ingeniero de sistemas pero que si trabajaba en su profesión solo ganaría 15
dólares al mes, de Ciclo-Taxista puede llegar a sacar 300, una gran diferencia.
Hector posando dentro de su pequeño apartamento |
Héctor con su ciclo-taxi |
Nos despedimos de Héctor, luego de calmar el
hambre con unos langostinos al ajo con arroz a la cubana continuamos nuestro
periplo por La Habana no comercial. Entramos a algunos almacenes para cubanos
donde nos llamó mucho la atención el alto precio de los productos, sobretodo
los eléctricos, además de ser, la gran mayoría de ellos, productos con
tecnología de principios de siglo.
Grafitti |
Llegamos a un mercado de ropa donde se nos
acercan dos morenos los cuales se nos presentan como los mejores raperos del país.
Antes de terminar nuestra breve conversación nos improvisan un rap, fue un
momento increíble y muy entretenido, lógicamente sabíamos que todo no era
gratis.
Raperos callejeros firmandonos su CD |
Canción que nos improvisaron
Al terminar su divertida interpretación, con efectos especiales incluidos, nos ofrecen su CD autografiado por 10 CUCs (Moneda Cubana), les ofrezco 6 y me dicen que si. Nos fuimos con una leve sospecha que confirmamos una vez que pusimos el CD en el equipo de música, el disco estaba en blanco, solo nos quedo reírnos y tomarlo como algo anecdótico, el momento especial que pasamos con estos raperos callejeros habaneros no tenía precio.
Peluquero al paso |
Por la noche recorrimos las principales plazas
de la Habana, cenamos una contundente langosta en el restaurante “La
Giraldilla”, tomamos unos mojitos en un bar con show en vivo y regresamos al
hotel, por la madrugada debíamos tomar nuestro vuelo de regreso a Lima.
Calle habanera adornada por bandera de Cuba |
Partimos satisfechos y agradecidos de todo lo
vivido en La Habana y en Cuba, un lugar fascinante, fuera de lo común, que nos
sirvió para aprender mucho de su gente y de la manera que tratan de sobre
llevar una difícil vida en un país muy complejo, con una opresión muy fuerte,
donde aún no se respira libertad, donde espero que en los próximos años, por el
bien de el noble pueblo cubano, puedan vivir libres, como todo ser humano se
merece.
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